Esperando.

Por un momento no supe que hacer y mire por la ventana, a la vez que suspiraba profundamente, pero al no aguantar esa "tensión" me gire para mirarla y me acerque a ella para hacer que levantará su rostro y me mirará. Tenía una expresión levemente triste, pero a la vez le sonreí. -Estoy enamorado de ti, Aly... no se como ni cuando paso, pero paso y no me arrepiento a pesar de como son las cosas; porque es la primera vez que siento esto y es... lindo.-

Negué con la cabeza, sonriendo con tristeza. -¿Crees que no lo he intentado? ¿Crees que desde que supe que empezaba a sentir algo por ti, me mantuve como si nada? No... salí con chicas y me acosté con la mayoría de ellas para olvidarte Aly, y fue peor... porque necesitaba pensar en ti para poder lograr funcionar como se debe.- hice una mueca. -No estoy orgulloso de eso, por lo menos me calma saber que las chicas aceptaban a sabiendas que yo no les prometía nada.- suspire y baje la mirada. -Se bien que lo nuestro no puede ser... me lo he repetido una y otra vez, ¡Pero eso no me ayuda en nada! Es como si, entre más lo repito, más me enamoro de ti.- dije con desesperación.

Asentí suavemente, mientras apartaba mi rostro de su mano. Intenté, en vano, dedicarle una sonrisa, por lo que me acomode en el asiento, mirando por la ventana, apoyado sobre ella.

De nueva cuenta quedé totalmente sorprendido, al punto en que no reaccione y mantuve mis ojos abiertos, pero cuando finalmente lo logré, correspondí su beso del mismo modo mientras apoyaba mis manos en su espalda, para acariciarla de arriba abajo.

-Mmmha.- susurré sobre sus labios, llevando mis manos a su cabello, despeinándolo mientras la besaba con pasión. Me atreví a deslizar lentamente mis manos por debajo de su blusa para acariciar su piel a la altura de su cintura.

Me aparte de sus labios y baje la mirada, como si no supiera el porque de la pregunta. -Sí... aunque no diariamente, pero si hago.- lami mis labios y la mire. -¿Por qué la pregunta?- sin esperar respuesta, escondí mi rostro entre su cuello para besarlo lentamente.

-Puedes tocarlo todo lo que desees.- dije en voz baja para después dedicarme a lamer su cuello con total lentitud, sonriendo cuando se estremecía por completo. -A mí me gusta tocarte y saborearte...-

-Eso va a ser algo imposible... lo hice una vez, con eso basta para que alucine por siempre.- no sabía hasta donde iba a llegar ese momento y a la vez no quería aprovecharme por temor a sus reacciones, pero me era imposible controlarme, por los que mis manos comenzaron a subir por su espalda, aún debajo de su blusa.

-No como tú.- admití sin dejar de mirarla, totalmente embobado. Es que las chicas con las que había estado, no le llegaban ni a los talones a pesar de que eran guapas. Con la punta de mis dedos, acaricie sus pechos por encima del sujetador, justamente donde se encontraban sus pezones para después apoyar mis manos completamente sobre ellos. Aunque estaba totalmente desesperado por verla desnuda, no quería que se notará, porque no quería que pensará que solamente para eso me interesaba.

La mire, mordiendo mi labio inferior... esa mujer resultaba mi perdición por completo. Subí mis manos hasta sus hombros para sujetar los tirantes del sujetador y despacio lo fui deslizando por sus brazos mientras bajaba la mirada conforme mis manos se iban moviendo. Cuando lo hice lo suficiente, como para poder mirar sus pechos, me detuve y solté un gemido ante la perfección de estos. En ese momento cualquier calma se fue al demonio, por lo que acerque mi rostro para besar entre ellos y después dirigirme a uno mientras el otro lo acariciaba con mi mano.

Suavemente atrape uno de sus pezones con mis dientes, dándole suaves mordiscos para después hacer círculares caricias con mi lengua, aunque no sabía como lograba mantenerlas lentas y suaves, pero con mi otra mano apretaba su pecho con un poco más de fuerza.

Me moví un poco cuando llevo su mano a mi pantalón... es que desde hacía rato ya tenía una muy notoria erección y en ese momento resultaba un poco dolorosa ya que seguía incrementando y no ayudaba nada traer pantalón. Distraídamente acariciaba su pierna, ya que estaba totalmente dedicado a las caricias que hacía en su pecho, donde empecé a succionar su pezón con un poco de fuerza.