Esperando.

Levanté la mirada hasta su rostro cuando lamí su clitoris en círculos y después lo atrape en mis labios, para apretarlo suavemente con ellos. Lo jaloneaba con cuidado, ya fuera con mis labios o dientes, pero al final me dedique a succionarlo como si se me fuera la vida en eso.

Apoye mis manos en sus pechos cuando la sentí totalmente tensa y los apretaba con fuerza, sin dejar de succionar su clitoris con avidez y lamerlo con total frenesí. No me iba a detener hasta que se corriera en mi boca, por lo que mis caricias cada vez eran más intensas.

Solté su clitoris para acariciar su sexo con mi lengua, atrapando sus fluidos con ella para así poder tragarlos. Me mantuve un buen rato en su sexo, hasta que la sentí relajarse; en ese momento levanté la cabeza y uní mis labios a los suyos para besarla con sensualidad mientras hacía que se acostará de nueva cuenta y yo me acomodaba sobre ella.

-No era necesario que lo dijeras.- sonreí ligeramente y la besé. Manteniendo mis labios sobre los suyos, hice que bajará una de sus piernas del asiento y me acomodé entre ellas. Cuando la punta de mi erección rozó su sexo, mi corazón comenzó a latir con total emoción y eso se incremento aún más cuando empecé a entrar en ella.

Le sostuve la mirada conforme iba entrando en ella. Estaba seguro que tenía una sonrisa de idiota en mis labios, pero no podía borrarla a pesar de los suaves gemidos que comenzaba a lanzar. -¿Tienes idea de... cuantas veces imagine... esto?- cuando entre plenamente en ella, cerré los ojos e hice un movimiento circular marcado con mi cadera.

-Creo que decir... que lo imagine un... millón de veces... es quedarse... corto.- solté una suave risa, la cual se vio cortada por un gemido de dolor, debido a una de sus mordidas, pero ni siquiera intenté quitarme, ya que había sido un dolor totalmente placentero. -Es más... te diré un secreto... cada que tengo clases contigo... tengo que ir al baño... de urgencia... y no precisamente para lo que se usa... un baño.- inicie una serie de arremetidas contra su cuerpo, con un poco de velocidad y fuerza.

-Pero es mejor hacerte el amor, que esas pajas...- sonreí y uní mi frente a la suya. -Es más placentero ser tu mano la que me masturba... y ni que decir lo maravilloso que se siente... que tu coñito envuelva mi polla.- cerré los ojos y ante cada embestida, mis labios rozaban los suyos.

-Es un halago escuchar eso.- llevé mi mano hasta su pierna que estaba fuera del asiento y la levanté para que rodeará mi cintura con ella. Cuando lo hizo, doble mis piernas un poco, y así, embestirla con mayor fuerza.

Me fui incorporando de a poco, hasta que quede de rodillas. Tenía que inclinar mi cabeza para que no chocará contra el techo, pero en ningún momento deje de moverme, totalmente desesperado. Con una mano, acariciaba su cuerpo con intensidad, llegando a dejar suaves marcas rojas, debido a la fuerza con la que lo hacía.

Era totalmente contagioso el hecho de que ella enloqueciera, pues verla de ese modo, hacía que mis embestidas se volvieran más fieras, haciendo que yo también gimiera como loco, aunque lograba controlarme un poco más que ella. Mordí mi labio inferior cuando apoye mi mano en su pubis y con mi pulgar frote su clitoris, acelerando mis caricias cuando me sentí tensar, estremeciéndome ante cada embestida que daba.

Con total velocidad y fuerza... de ese modo la embestía en ese momento, luego de que me había pedido más. Con mi mano libre aparte el sudor que caía por mi frente y luego apoye esa mano sobre su pecho. -Oh... Dios.- hice mi cabeza hacía atrás y cerré los ojos con fuerza. No supe como logre mantener mis movimientos ante la intensidad con la que me había tensado y estremecido; es que estaba totalmente seguro que aquel iba a ser el mejor orgasmo de mi vida y no podría restrasarlo mucho más.

Suspire totalmente aliviado, cuando ella se corrió, pues no quería correrme antes que ella... entonces me relaje por completo y luego de un par de embestidas, me corrí con un fuerte gemido, a la vez que pronunciaba su nombre. Lentamente me deje caer sobre ella y aún movía mi cadera contra la suya, aunque lo hacía más por inercia, ya que estaba totalmente agotado... pero a pesar de ese agotamiento, busque sus labios en un tierno beso.