Esperando.

-Levantas mi ego, eso es un hecho.- dije seriamente para terminar esbozando una sonrisa. -Pero no lo voy a estar presumiendo, eso será entre tú y yo.- reí suavemente y volví a besarla, pero casi al instante me aparte. -Y no es necesario que te lo diga... pero en mi opinión, eres la perfección hecha mujer.- escondí mi rostro entre su cuello y con la punta de mi nariz lo acariciaba.

-Si no te molesta...- aunque yo le hubiera dicho que sí, queriendo retrasar al máximo el momento en que tuvieramos que separarnos y todo aquello terminará.

-No tienes porque preocuparte, nunca están en casa.- me encogí ligeramente de hombros y tras besarla tiernamente, me aparte de ella, aunque al instante volví a apoyarme sobre su cuerpo. -Se está tan bien aquí.- reí con suavidad.

Solté un bufido a modo de queja, pero me aparte de ella. Tome mi camisa y me la puse para después arreglar mi pantalón, alisandolo con las manos, para después pasar estas por mi cabello. -¿Me veo como si nada hubiera pasado?- me gire hacía ella para que pudiera darme el visto bueno.

-Dire que me los mordí yo... aunque con mis amigos será difícil que me crean, pero no me sacarán la verdad.- besé sus dedos cuando acaricio mis labios y luego la mire. -Oh Dios...- puse una expresión de leve preocupación, aunque intentaba no sonreír.

Mordí mi labio inferior y pase un brazo por detrás de mi cabeza mientras acercaba mi mano hacía su cuello y acariciaba el costado. -Te deje... una marca.- dije tímidamente. -¡Lo siento! ¡No fue intencional, de verdad!-

-Lo lamento.- dije en un suave susurro para volver a moder mi labio inferior. Aunque parte de mí, pensaba en que su novio podría verlo y entonces... "Deja de pensar en eso Stefan, que solo te darás alas a lo tonto" suspire profundamente.

-¿Cuando mis mordidas se borren, me harás más?- dije en un tono coqueto, pero con una expresión de niño bueno. Antes de dejarla responder, me acerque a ella y la tome por el cuello para atraerla a mí, besándola con toda la pasión que podía.

Me aparte de sus labios, pero me mantuve cerca de ella. -¿Puedo ser sincero contigo?- cuando asintió, lamí mis labios lentamente. -Siempre pensé que si llegaba a acostarme contigo, esta locura, pasaría o por lo menos, disminuiría...- sonreí de lado, levemente. -Pero a ocurrido todo lo contrario.-

-Lo sé...- estuve por decir algo más, pero termine por cerrar la boca y sonreír levemente para después apartarme de ella. -Y no te preocupes, ya no te "acosaré" supongo que tengo que aprender a alejarme de ti y lograr que esto pase.- suspire y baje la mirada, mirando mis manos como si nunca las hubiera visto.

No me moví hasta pasados unos segundos de que ella ya se encontraba en el asiento del conductor, y a pesar de que me esperaba, me tarde en volver a entrar al auto. Cuando estuve a su lado, estuve por abrochar el cinturón, pero solo la mire. -¿Aún quieres llevarme a casa? Puedo ir caminando sin problema...-

Fruncí el ceño y la mire ofendido. -¡Oye! ¡Ni que fuera como Richard!- es que ese hombre cambiaba de novia como de ropa interior. -Aparte para asegurarte bien, tendrías que pasar todo el fin de semana conmigo, para que te constará.-

Sonreí totalmente embobado ante esa timidez, a pesar de haber escuchado ese "último beso" pero yo tenía la tonta esperanza de que no fuera el último, aunque aún no sabría como lo haría, pero ya me preocuparía por eso después. Apoye mis manos en sus mejillas y delicadamente la atraje hasta mí... comencé a rozar sus labios con los míos para después unirlos en un beso tierno para besarla con intensidad.