Living.-

Los movimientos que hacía con mi lengua, fueron disminuyendo de intensidad, pero continuaba lamiendo su sexo, tragando sus fluidos sin detenerme. Es que de verdad eran como una droga para mí... y aunque moría de ganas por hacerla mía, seguí lamiendo su sexo mientras sus espamos recorrían su cuerpo.

-Desde que... estoy contigo... no recuerdo... mis anteriores... veces.- dije entre suaves lamidas. ¿Era patético por eso? Es que estar con Angie, lograba superar cualquier ocasiones, y más que obvio que no iba a estar pensando en esas otras veces al estar con ella.

-No... pero si no... me quitas tú... no podré... quitarme.- es que de verdad me hacía adicto a cada parte de su cuerpo, con el simple hecho de estar unos segundos en ese lugar.

Me pare casi al instante de que ella lo hizo, y la seguí. Había pensado desnudarme mientras iba hacía el sofá, pero en el preciso momento, me quedé como estaba. Cuando ella llego al sofá y se giro hacía mí, me apresure a llegar hasta ella para sonreírle antes de besarla con pasión.

Solté un suave gemido y me aparte de sus labios, apoyando mi frente contra la suya mientras le dedicaba una mirada llena de deseo con los ojos entrecerrados. -Oh... Angie...- es que de verdad era sentir su mano, para ponerme completamente tenso.

Gemía sobre sus labios y correspondía ese beso con total desesperación, como si no hacerlo, me fuera a quitar la vida. La dejaba hacer con sus caricias, pero en un determinado momento, empecé a mover mi cadera contra su mano, con mayor velocidad de la que ella llevaba.

-Entonces... déjame... metertelo... porque yo... muero de ganas... por hacerlo.- dije entre gemidos entrecortados. Tenía todos los músculos totalmente tensos, queriendo controlarme para no correrme en ese mismo momento.

¡Por todos los cielos! ¿Quién no iba a ser capaz de enloquecer con esas palabras? Ni siquiera pensé en desnudarme por completo cuando ella acomodo mi pene en su entrada, solo fui capaz de entrar en ella con rapidez, mientras la besaba y gemía alucinadamente.

-Entonces...- comencé a embestirla con suavidad y lentitud. -¿Te gusta... que sea... salvaje?- la mire mientras me apoyaba en mis manos, apartando mi torso de su cuerpo, pero manteniendo mi cabeza cerca de la suya; y de ese modo, al tener mejos apoyo, la embestí con fuerza, pero manteniendo la lentitud.

Ante ese beso, detuve mis embestidas por un momento, manteniéndome en su interior y simplemente movía mi cadera en suaves círculos. Acariciaba su rostro con suavidad, acoplando esas caricias con los movimientos que hacía mi lengua contra la suya.

-Nunca me voy a cansar de escuchar esas palabras.- dije con una tierna sonrisa. Le di un piquito lleno de ternura y cuando apoye mi frente contra la suya, retome las embestidas, pero de forma suave.

-Pues precisamente... eso es... lo que vamos... a hacer... amor.- sonreí suavemente y me incorpore para apoyarme en el respaldo del sofá; de ese modo pude ir acelerando el ritmo de cada embestida.