Excursion.

Reí suavemente y la mire. -De acuerdo, acepto mi culpa en algunas cosas... pero yo no te obligo a nada, haces esto porque te gusto, porque te encanta lo que te hago sentir aunque digas que está "mal", porque nadie te había hecho sentir tanto como yo.- le sonreí con encanto. -Y admito que yo estoy encantado por eso.- esta vez la besé con más calma, pero sin desaparecer la pasión que sentía por ella.

-Te dejo culparme de lo que desees mientras me des un premio de consolación.- murmuré sobre sus labios. Mi corazón latia violentamente, totalmente emocionado ante sus palabras. -¿Y puedo saber porque no es bueno?-

-Sí, tengo toda una vida que vivir...- me aparte suavemente de ella, frunciendo el ceño. -Y tú también Angie, no eres una anciana, ¡tan solo tienes 24 años!- es que cada que hablaba de la diferencia de edad, sonaba como si ella me llevará más de 10 años, y ni a eso llegaba.

-Pero ya lo hicimos, Angie.- apoye mis manos en su cintura e hice suaves caricias con mis dedos. -Digas lo que digas, ya nos enrollamos de un modo, sea serio o no.- la mire seriamente. -Y se bien que piensas que soy inmaduro, pues no he demostrado otra cosa... pero cuando la situación lo requiere, lo soy.- baje la mirada por un momento y suspire. -¿Y de que te sirve estar con alguien que este a tu nivel, si no te hará sentir lo que yo?-

-Me gustas tú, Angie.- acaricie su mejilla con una leve sonrisa. -Miedosa y todo, me gustas; y no quiero gritar a los cuatro vientos que estoy contigo...- hice una mueca sin dejar de sonreír. -Bueno, la verdad es que si me gustaría presumir que estoy con una mujer maravillosa, pero lo que más me interesa es estar contigo.- antes de dejarla replicar, la besé con suavidad y murmuré sobre sus labios. -Te quiero a ti Angy, solo a ti.-

Al separarme de sus labios, apoye mi frente contra la suya y la mire a los ojos. -Y te amo...- dije en un susurro, con un poco de timidez. No era que me avergonzará de amarla, si no que me daba nervios el como tomará ella esa confesión.

Intenté no ponerme mal ante su respuesta, aunque era realmente complicado... no era como si yo esparará un "yo también" pero realmente se me hacía nefasto ese "gracias"; hasta se me hacía más agradable que se hubiera quedado en silencio. Me aparte de ella con suavidad y me senté en uno de los asientos mientras suspiraba.

Al escucharla, mire hacía la ventana y mordí mi lengua para no responder nada, pero al escuchar la puerta del autobus abrirse, me puse de pie con rapidez. -¡No te vayas, Angie!- esperaba no haber sonado tan desesperado como sone en mi mente.

-¡Maldita sea, Angie!- camine hacía donde ella estaba y la tome del brazo para hacer que subiera los escalones de la entrada para así poder cerrar la puerta. La apoye contra ella, manteniendo mis manos en sus hombros. -¡Me vale un carajo si tiene sentido o no!- hablaba en susurros, pero con la voz un poco elevada. -Me vale si no me amas... si para ti solamente es algo pasajero.- de acuerdo, aquello era una vil mentira, pero tal vez tendría tiempo de cambiar esa situación. -QUIERO estar contigo, sean cuales sean tus terminos.-

Sonreí suavemente y tome su rostro entre mis manos para besarla. -Tienes mucho que ofrecerme, aunque no te des cuenta de eso.- dije sobre sus labios mientras pegaba mi cuerpo al suyo. -Tal vez no seas capaz de entenderlo, Angie... pero te quiero así, tal cual eres y con lo que puedas darme, así sea todo en secreto.-

-Habrá un luego.- dije con seguridad y con una boba sonrisa en los labios. Acaricie su rostro con suavidad para después besarla; al comienzo de una forma totalmente tierna, pero de a poco lo fui haciendo con pasión.

-Lo sé... soy adorable.- asentí oon una sonrisita divertida y al ver su expresión, reí suavemente. -Me gusta... que me... digas eso... mucho.- dije entre besos. La aparte de la puerta por un momento, para abrazarla por la cintura, deslizando mis manos por debajo de su blusa y así acariciar la parte baja de su espalda.