Table Dance.

Normalmente para las personas era extraño ver a una mujer tan concentrada en observar lo que yo estaba observando en ese momento.
Las mujeres, normalmente, no observaban a chicas ligeras de ropa bailar sensualmente en busca de ser escogidas por algunos de los tipos con dinero que frecuentaban el Diamond Stars...
Aquella noche era el debut de Diane... Una chica que no me convencia del todo y que debia agradecer a Christopher el hecho de estar ahora sobre el escenario de MI local bailando para MIS clientes.
La razon de mi concentración en ella estaba basada en que le habia dicho a mi esposo que al menor error de su 'protegida' la correria de mi local... Pero... No podia encontrar algo que me desagradara... Bailaba bien, y uno de los mejores clientes se veia interesado en ella.
Era solo cosa de esperar unos minutos y se acercaria a mi para decirme que la enviara a su privado...
El Diamond Star era el fruto del esfuerzo de toda mi vida, no era que siempre hubiese soñado con tener un prostibulo, pero siempre habia sido la unica forma de ganarme la vida... Y agradecia a Christopher el hecho de poder ser la dueña de aquel lugar... De no ser por mi esposo aun estaria bailando por unos mugrosos billetes en el bar de Tony.. Que lugar tan horrible... No se comparaba en absoluto con mi Diamond Stars...

Sabía que tenía que presentarme en el Diamond Stars, a una hora en específico, pues conocía a Yvaine y sabía que no le había agradado en lo más mínimo, que llevará a Diane a ese lugar... pero no había nada más seguro para ella, que estar ahí.
Había llegado unos minutos tarde, debido a unas complicaciones que se habían presentado a última hora en el trabajo, y que requerían urgentemente mi presencia; y aunque había intentado zanjar el asunto lo más pronto posible, me fue imposible.
Hice un gesto con la cabeza a Brandon, a modo de agradecimiento, cuando me dejo pasar... a pesar de que mi esposa me había dado las llaves para entrar por la puerta trasera, a mí me encantaba hacerlo por la principal, dándome los aires de grandeza.
Al instante mire Diane, y sonreí de lado cuando vi varias miradas, centradas en ella. Tenía buen gusto, no por nada me había casado con la dueña del lugar.
"Hablando de ella..." mire a mí alrededor, comenzando a buscarla y tras unos segundos logré verla, por lo que fui hasta ella.

Sonrei con suavidad cuando el Sr. Adams se acerco a hablarme en el oido. El era y siempre habia sido el mejor de mis clientes. Me habia pedido que enviara a la chica nueva a su privado y habia vuelto a su asiento.
Busque con la mirada a Sharon para que preparara el privado del señor Adams y luego volvi a fijar mi atención en Diane... Apenas me avisaran que el privado estaba listo la enviaria allá.
Seguia sin encontrar fallas en la mujer... Ahora faltaba ver lo que opinaba el Sr. Adams... Una sola queja y la correria sin importarme la opinion de Christopher!

Estuve a nada de chocar con una de las chicas, y todo por andar idiotizado con mi mujer... por lo que tuve más cuidado de mi alrededor, sin perderme solo en ella, por lo menos hasta llegar a su lado.
Cuando estuve detrás de ella, apoye mis manos en su cadera, pegando mi cuerpo al suyo y besando uno de sus hombros.
-¿Estás disponible para un hombre totalmente desesperado por ti?-
Ya habían sido varias veces en las que me decía que no llegará de ese modo, pues la primera vez que lo hice, había recibido una buena bofetada... pero me encantaba tomarla por sorpresa, sin importarme las consecuencias que pudieran tener mis actos.

Mordia mi labio inferior en un gesto de total concentración en el baile de Diane, y justo en el momento en que estaba segura de que cometeria un error, mi esposo me hice pegar un gran salto.
-Christopher!-
Exclame mientras fruncia levemente el ceño.
Es que desde el momento en que me habia casado con él habia dejado de estar disponible para los demas, pero me concentraba demasiado en mi trabajo y estaba totalmente a la defensiva con quienes se me acercaran.
De hecho recordaba a aquel cliente que estaba obsecionado conmigo, Dios! Mejor no recordar como Chris lo habia hecho desaparecer.
-Estaba disponible hace una hora... Que era cuando mi esposo debio haber llegado a este lugar.-
En ese monento me avisaron que el privado estaba listo, por lo que mire al Sr. Adams para indicarle que ya podia pasar y con un gesto de mi mano le indique a otra de las chicas que tomara el lugar de Diane y a ella le hice una seña para que se acercara a mi.

Puse expresión de niño regañado cuando menciono mi impuntualidad.
-Amor, sabes que yo solo llego tardo cuando es e-x-t-r-e-m-a-d-a-m-e-n-t-e necesario.-
Es que una de las cosas que más detestaba, era fallarle a mí esposa cuando quedabamos en algo; pero por desgracia, en mi trabajo no se podían dejar las cosas para otro día.
Por encima de su hombre, mire para ver si Diane venía, y al ver que aún faltaban unos metros para llegar a donde estabamos, apoye mi frente contra la suya.
-¿Entonces ya no estás disponible para mí?-
La mire a los ojos, sin apartarme de ella.
-Porque si es así... el regalo que te tengo, va a tener que esperar.-
Sonreí divertido, a sabiendas que no iba a ser capaz de aguantarse la curiosidad.

-Te das cuenta de que me estas chantajeando?-
Alce una ceja algo enfadada.
-Pensaba bailar esta noche, pero como llegaste tarde no lo hare.-
Me aparte un poco y cuando Diane llego donde estabamos le indique que pasara a buscar algunas cosas con Brandon y luego se dirigiera al privado numero 3 que era donde estaba el Sr. Adams.

-Por mí mejor que no bailes.-
Dije entre dientes... es que eso de andar aclarando a todos los presentes que era mí esposa, era cansado. Aparte yo tenía los bailes privados, y esos eran mejor que nada.
Cuando se aparto, retire mis manos de ella y di un paso hacía atrás, cruzándome de brazos, dejándola hacer su trabajo, hasta que nos quedamos solos nuevamente.
-Yvaine, sabes que no se me hizo tarde por voluntad propia; yo hubiera estado aquí a la hora que abriste, si me hubiera sido posible.-

-Existen los celulares, Christopher... Tengo un Iphone bastante lindo que me regalaste la semana pasada... Y el numero esta registrado...-
Extendi mi mano para tomar el Iphone que estaba en el bolsillo de su chaqueta y busque en los contactos mi numero.
-...Justo aqui.-
Le enseñe la pantalla aun con la ceja alzada.
Yo no ponia problemas cuando me avisaba que iba a llegar tarde. Por lo general mi esposo era puntual, y cuando no llegaba o no me avisaba que iba a llegar tarde yo andaba por completo histerica pensando que algo le habia ocurrido... He ahi la razon de mi enfado.

Cerré los ojos y suspire.
-No te iba a llamar cuando tuve que ir a rescatar a uno de los míos.- exclamé en voz baja, a pesar de la música del lugar.
Di un paso hacía ella, apoyado mis manos en sus brazos y la mire con intensidad.
-Amor... se que siempre te llamó, que siempre te aviso cuando pasan cosas inesperadas, pero bien sabes que hay situaciones en las cuales no puedo. Tuve que actuar con rapidez, si no iba a pasar una catástrofe y no creo que quieras quedarte sin compadre.-
Es que Jack era como un hermano para mí, y sabía que ella lo adoraba, por eso mismo había sido nuestro padrino cuando nos casamos.

Hice un puchero y suspire rendida para luego abrazarme a él.
-Es la ultima vez, Chris... Una vez más en que no me avises lo que pasa y me divorcio de ti.-
Vale, no era verdad, pero de alguna forma tenia que chantajearlo yo tambien.
-Sabes que me pongo histerica... Y muchas veces pienso que te arriesgas demasiado y que ninguno de esos idiotas va a estar cuando tu lo necesites.-
Bueno, Jack era la excepcion, pero estaba enfadada en ese momento asi que los metia a todos en el mismo saco.

En cuanto me abrazo, yo hice lo mismo con ella, sonriendo suavemente y besando su frente.
Escuché atentamente sus palabras... era cierto que me arriesgaba demasiado, pero era mi trabajo, uno que me gustaba y por el que había luchado mucho para estar donde estaba.
-Me encanta que te preocupes por mí, ¿sabes?-
Me hice un poco hacía atrás para poder mirarla y le sonreí suavemente mientras acariciaba su mejilla. Es que al conocerla, había conocido tantas cosas reales...
-Se bien en quien confiar mi amor, y tú eres la principal.- es que sabía como le gustaba que le dijera ese tipo de cosas. -Por eso mismo, hablo contigo de mi trabajo, cuando no debería hacerlo con nadie de afuera.- besé la punta de su nariz con total ternura.

Cerre los ojos cuando beso mi nariz y me aferre con fuerza a él.
-Jack esta bien?-
Pregunte con tono de preocupación. Desea preguntar que era exactamente lo que habia ocurrido pero me temia que no me lo iba a decir, por lo que mejor me quede en silencio.

-Esta bien, no te preocupes... solo un poco magullado, pero nada grave. Unos mimos de su esposa, y quedará como nuevo.- le guiñé el ojo, sonriendo coqueto.
Mire a mi alrededor, observando como marchaban las cosas por unos segundos, ya que luego volví toda mi atención a ella.
-¿Ya me vas a dar beso? Me muero por un beso tuyo... pareciera que llevo días sin ellos, cuando solo llevo horas.-
Puse una expresión de tristeza y desesperación, pero mientras hablaba, me fui acercando a sus labios.

-Supongo que sabes que no te los mereces?-
Mientras el se acercaba yo me iba corriendo un poco hacia atras alejandome cada vez más.
-Pero yo no puedo vivir sin tus besos...-
Hice un puchero y la distacia que habia hecho entre nosotros la desapareci en un instante, besandolo con total ternura y sensualidad.

Ya iba a protestar cuando me dijo que no me los merecía, pero al escuchar su otro comentario, sonreí y apoye mis manos en su espalda, cuando inicio ese delicioso beso.
Si yo dejaba de existir cuando me encontraba a su lado, cuando me besaba era todo y nada.
Deje escapar un ruido suave de satisfacción y la empuje con suavidad, apoyándola en el mueble que estaba detrás de ella, profundizando ese beso con toda la calma del mundo.

Rodee su cuello con mis brazos sin dejar de besarlo un solo segundo... Dios! Que cosa mas deliciosa! Si parecia que no lo habia besado en siglos...
-Te invito a mi privado... No tienes que pagar para acostarte conmigo. -
Solte una suave risita y retome aquel beso con total sensualidad.

Reí ligeramente sobre sus labios, y no le respondí por el momento, pues continuaba entregado a aquel delicioso beso.
-Suerte que no tengo que pagar... ya estaría pobre, my little shiny star.-
Sonreí con suavidad para después hablar en su oído, con toda la sensualidad que me era posible.
-Llevame a donde quieras... sabes que cuando estoy contigo, puedes hacer conmigo lo que desees.-
Saque mi lengua para rozar el borde de su oreja con ella.

-A nuestro privado entonces, mi vida.-
Le di un suave beso y le indique que fuera antes que yo ya que tenia que dejar a alguien a cargo ahi antes de desaparecer.
Deje a una de las chicas mas antiguas a cargo y a Brandon lo deje encargado de hablar con el Sr. Adams cuando saliera del privado.
Cuando ya estuvo todo listo, sali tras mi esposo.