Excursion.

Intentaba prestar atención como alumno, ante sus palabras; pero cada que la escuchaba, era como si me transportará a otro mundo y encontraba su voz de lo más erótica... cosa que no me ayudaba para nada, menos en plena excursión, con todos mis compañeros cerca. Suspire profundamente y meti las manos en los bolsillos del pantalón, para que no se notará nada extraño, ya que sinceramente no era la primera vez que sufría un "accidente" cada que estaba cerca de Alice. Tenía la mirada clavada en el suelo, pues sabía que si la veía, me iba a quedar como idiota... y ya había recibido varios sapes de Will, debido a eso.

Negué con la cabeza cuando mis amigos me hicieron un gesto para que los acompañará. Sabía que debía irme con ellos, en especial por el hecho de que le había dicho a Aly que no la acosaría más, pero me era inevitable querer estar con ella cuando estaba sola. Espere a que todos se fueran para acercarme a ella sin hacer ruido, ya que me daba la espalda y no se daba cuenta de mi presencia. Cuando estuve a un paso de ella, sonreí suavemente y hablé en voz baja. -¿Qué hago si lo que me inspira, no son los animales, profesora?- comenté en un leve todo provocativo.

Alcé la mirada hacía el cielo, pero sin mover mi cabeza y di un paso hacía ella. -Pues me inspira mi profesora de Literatura. ¿Cree que ella tomaría a mal si le entrego un ensayo de lo mucho que me inspira?- lentamente fui bajando la mirada hasta clavarla en su rostro y le dedique una sonrisa radiante.

-Mmm, entonces no lo haré... porque podrían pensar que lo mío es alguna novela erótica o algo por el estilo.- reí suavemente y me senté en la banca donde hacía unos minutos ella había estado de pie. -Aparte soy mejor en la práctica en ese aspecto.- la mire de reojo, mordiendo mi labio.

Me encogí de hombros, mirando hacía donde se habían ido mis compañeros. -Conozco este lugar de memoria, no es necesario que vaya a verlo para saber que hay en cada lugar, srita. Howlett.- dije con leve sarcasmo. Es que cada vez que ella me hablaba así, yo hacía lo mismo.

Fruncí el ceño al ver a Will y le hice un gesto para que se fuera con la mano. Me puse de pie para situarme en la mirada de Aly y que no pudiera ver más. -Tan solo voy a ver distinto este lugar, si hago el recorrido contigo, de otro modo dudo mucho ver esas cosas "inspiradoras".- alcé una ceja y le sonreí cuando me miro.

Acomode mi mochila cuando ella se puso de pie y me apresure a quitarle sus cosas para yo llevarlas. -No puedes quejarte, yo se que te resulta agradable estar conmigo.- la mire y sonreí divertido. -Aparte, de este modo puedes huir del profesor Trent... es peor acosador que yo.- negué con la cabeza intentando no reírme. Es que si ella no le diera por su lado una y otra vez, seguramente sentiría celos, pero era demasiado cómico ver como ella lo rechazaba, aún con brusquedad y el muy idiota seguía intentando.

-Tal vez... ¡pero admite que te gusta más mi compañía!- entrecerré los ojos, deteniéndome frente a ella. -O sí no, te voy a besar justo aquí, sin importarme que medio colegio este presente.- dije con total seguridad.

Sonreí con orgullo y felicidad. Cuando me acerco a ella, mire sus labios a la vez que lamía los míos. -Quiero besarte, Angie...- dije en voz baja, pero lo suficientemente claro para que me entendiera. Sin esperar respuesta, me aparte de ella, poniéndome a su lado para retomar la caminata.

Por un buen tramo, hicimos el camino en silencio, y a pesar de que yo miraba hacía todos lados, no lograba concentrarme para inspirarme, ya que estaba totalmente concentrado en la mujer que estaba a mi lado... había pasado una semana desde la vez que habíamos estado juntos y todo lo que sentía por ella, era mucho más fuerte que antes. -Ahh... ¿Y cómo... cómo has estado?- no quería aclarar que preguntaba respecto a su novio, pero era obvio que a eso me refería.

-¿Quién vendría siendo el resto?- alcé una ceja con curiosidad mientras nos deteníamos en donde estaban los leones. -A mí no me interesa el resto Angie, solo tú.- me quite la mochila, sosteniéndola con una mano para meter las cosas de ella y así poder tener mis brazos libres.

-Mucho menos me va a importar él.- dije entre dientes, imitando lo que había hecho; pero cuando procese sus palabras con más calma, la mire con los ojos entrecerrados. -¿Por qué estaría mal tu amado novio?- intenté no sonar muy sarcástico.